Lo que hay que ver….
En todos los trabajos hay anécdotas que no pasan desapercibidas, y si no que se lo digan a Javi, pues en nuestra época de “telecomunicaciones” vivimos unas cuantas y muy divertidas, y es que las nuevas tecnologías son eso, nuevas, y no me extraña, porque hoy en día quedan muchas “personas” que no saben ni poner en marcha algo tan cotidiano como una lavadora, imagínate algo que sea un “poco” más complicado o novedoso….
En función del tipo de trabajo las anécdotas pasan en cuestión de minutos de ser divertidas a darte pena…. Mis “colegas” del mundillo financiero sabrán a qué me refiero.
Hoy me han facilitado una carta dirigida a los directores de las entidades bancarias, con la que un cliente pretendía conseguir financiación para su hipoteca, la verdad es que me he reído mucho porque me parecía estar leyendo un CV, aunque después me ha dado un poco de pena…. (que conste que no es cliente mío y que desconozco su identidad).
Como la mayoría de gente sabe, para solicitar una hipoteca se exigen un sinfín de documentos con los que nosotros nos ponemos manos a la obra para conseguir la financiación, son estrictamente necesarios, pero lo aportado por esta persona, nunca me lo había encontrado, poco más que un DNI y esta carta.
Dice así.... (tal cual):
“A la atención del director:
Para darle una idea básica de quien soy he adjuntado algunos datos personales incluyendo esta carta, que no son los habituales y por supuesto no son los más importantes a la hora de pedir una hipoteca.
Soy consciente de que dentro de un año no tendría problemas al pedir el préstamo. Desafortunadamente el piso que quiero comprar se me ha presentado ahora y no dentro de un año, Normalmente las cosas buenas se presentan cuando no las buscamos y si somos inteligentes nos damos cuenta de que merecen la pena y aprovechamos la oportunidad. Estoy seguro de que el piso tendrá una tasación favorable lo cual es muy importante desde el punto de vista del banco porque en el mismo piso reside la seguridad de conservar el dinero invertido.
Pero yo le escribo para decirle que yo también puedo ofrecerle mucha seguridad. Estudié Filosofía en la universidad Saint Mary’s Collage of California, en la que saqué matrícula de honor al tiempo que triunfaba en el equipo de golf de la misma, por lo cual me concedieron una beca de golf y otra académica. Después de graduarme permanecí en Estados Unidos un año antes de volver a España. Una vez aquí ya decidí cumplir mi sueño de hacerme profesional del golf, y he sido contratado en el segundo mejor club de golf de España. Para el puesto competí con profesores de toda España que tenían más experiencia, pero al final se arriesgaron conmigo y le puedo asegurar que nadie se ha arrepentido.
Llevo ya cinco meses en el club y no me puede ir mejor. Tengo todas mis horas laborables ocupadas, y alumnos en lista de espera. Siento una estabilidad en este trabajo que no he sentido jamás, aunque trabaje como autónomo, porque el contrato que tengo con mis alumnos y el club, aunque no esté por escrito, es muy fiable y duradero.
Siempre he sabido que pasara lo que pasara saldría adelante, nunca me ha preocupado el hecho de quedarme sin trabajo. Soy una persona que procura hacer las cosas lo mejor posible y hasta ahora creo que lo he demostrado. Tengo muchas aspiraciones y espero seguir mejorando cada día y asegurar más mi futuro. Le estaría infinitamente agradecido si depositara algo de confianza en mí en este momento y viera que mi situación es igual o más estable que la de muchísimas personas a las que se les conceden hipotecas a diario.
Gracias por su interés y espero que esta carta haya servido como un testimonio por lo menos, sincero de como yo entiendo mi situación…..”
Sinceramente, le deseo mucha suerte, pero no me consta que consiguiera la hipoteca, aunque todo esto me hace pensar… no deberían en las universidades empezar a enseñar lo que es la “cruda realidad”????
En todos los trabajos hay anécdotas que no pasan desapercibidas, y si no que se lo digan a Javi, pues en nuestra época de “telecomunicaciones” vivimos unas cuantas y muy divertidas, y es que las nuevas tecnologías son eso, nuevas, y no me extraña, porque hoy en día quedan muchas “personas” que no saben ni poner en marcha algo tan cotidiano como una lavadora, imagínate algo que sea un “poco” más complicado o novedoso….
En función del tipo de trabajo las anécdotas pasan en cuestión de minutos de ser divertidas a darte pena…. Mis “colegas” del mundillo financiero sabrán a qué me refiero.
Hoy me han facilitado una carta dirigida a los directores de las entidades bancarias, con la que un cliente pretendía conseguir financiación para su hipoteca, la verdad es que me he reído mucho porque me parecía estar leyendo un CV, aunque después me ha dado un poco de pena…. (que conste que no es cliente mío y que desconozco su identidad).
Como la mayoría de gente sabe, para solicitar una hipoteca se exigen un sinfín de documentos con los que nosotros nos ponemos manos a la obra para conseguir la financiación, son estrictamente necesarios, pero lo aportado por esta persona, nunca me lo había encontrado, poco más que un DNI y esta carta.
Dice así.... (tal cual):
“A la atención del director:
Para darle una idea básica de quien soy he adjuntado algunos datos personales incluyendo esta carta, que no son los habituales y por supuesto no son los más importantes a la hora de pedir una hipoteca.
Soy consciente de que dentro de un año no tendría problemas al pedir el préstamo. Desafortunadamente el piso que quiero comprar se me ha presentado ahora y no dentro de un año, Normalmente las cosas buenas se presentan cuando no las buscamos y si somos inteligentes nos damos cuenta de que merecen la pena y aprovechamos la oportunidad. Estoy seguro de que el piso tendrá una tasación favorable lo cual es muy importante desde el punto de vista del banco porque en el mismo piso reside la seguridad de conservar el dinero invertido.
Pero yo le escribo para decirle que yo también puedo ofrecerle mucha seguridad. Estudié Filosofía en la universidad Saint Mary’s Collage of California, en la que saqué matrícula de honor al tiempo que triunfaba en el equipo de golf de la misma, por lo cual me concedieron una beca de golf y otra académica. Después de graduarme permanecí en Estados Unidos un año antes de volver a España. Una vez aquí ya decidí cumplir mi sueño de hacerme profesional del golf, y he sido contratado en el segundo mejor club de golf de España. Para el puesto competí con profesores de toda España que tenían más experiencia, pero al final se arriesgaron conmigo y le puedo asegurar que nadie se ha arrepentido.
Llevo ya cinco meses en el club y no me puede ir mejor. Tengo todas mis horas laborables ocupadas, y alumnos en lista de espera. Siento una estabilidad en este trabajo que no he sentido jamás, aunque trabaje como autónomo, porque el contrato que tengo con mis alumnos y el club, aunque no esté por escrito, es muy fiable y duradero.
Siempre he sabido que pasara lo que pasara saldría adelante, nunca me ha preocupado el hecho de quedarme sin trabajo. Soy una persona que procura hacer las cosas lo mejor posible y hasta ahora creo que lo he demostrado. Tengo muchas aspiraciones y espero seguir mejorando cada día y asegurar más mi futuro. Le estaría infinitamente agradecido si depositara algo de confianza en mí en este momento y viera que mi situación es igual o más estable que la de muchísimas personas a las que se les conceden hipotecas a diario.
Gracias por su interés y espero que esta carta haya servido como un testimonio por lo menos, sincero de como yo entiendo mi situación…..”
Sinceramente, le deseo mucha suerte, pero no me consta que consiguiera la hipoteca, aunque todo esto me hace pensar… no deberían en las universidades empezar a enseñar lo que es la “cruda realidad”????