"Deja Que Entre El Sol"

Hoy, por “H” o por “B”, bueno, mejor dicho, por “S” he cambiado mi rutina…

Y es que después de tantos días color gris desapacible, el Sol ha hecho su aparición y aunque estaba cansada y tenía ganas de llegar a casa he preferido disfrutar de él, así que hoy me he “saltado” una “línea” y el dichoso “intercambiador” del “Passeig de Gràcia”, con la intención de que el “gran amarillo” recargara mis “pilas” y… porqué no decirlo… bronceara un poquito mi cara…

Caminaba con rumbo, aunque para variar, un poco despistada, pensando en todo sin pensar en nada… complicadillo eh!!!

Pues sí, simplemente caminaba, complacida por ese Sol que me calentaba, dejando que acariciara mis manos, mi cuello y mi cara… y nada más, claro está!!! voy tan tapada!!!...

Subía por “Las Ramblas” (y digo subir porque para mi cuando te diriges al norte, o dejas el mar a tu espalda y vas dirección montaña es subir, nunca he entendido porqué “Vicenç” “sube” a Barcelona cuando “baja” de Girona…), pero bueno, el caso es que yo subía y disfrutaba de ese ambiente “casi” primaveral que hoy se respiraba, (faltaban las molestas “pelusillas” de los plataneros que flotan en el aire, por eso “del casi”)… la terraza del “Zurich” estaba llena gente, vale, ya sé que así está siempre, pero hoy el día invitaba a tomar unas “cañas”…

Seguía mi camino, y al llegar a la “Plaça Catalunya”, por un momento he pensado en alguien, he pensado mucho, y he debido pensar muy fuerte y bien, o tal vez más que pensar he deseado…

He recordado (recordar yo??? que cosas no???!!!), sí, he recordado esa flor y ese Sol que me “regaló”, y he pensado en el “mal rollo” que debe tener mi planeta con el suyo, porque no hay manera de “alinearlos”… pero qué más da!!!, yo he seguido caminando, abriéndome paso entre la “diversidad” típica de una gran ciudad cosmopolita, y entre las “asquerosas” palomitas… (debo tener algún trauma infantil, vienen a mi mente aquellos días que de pequeñas íbamos de "visita" a "la gran ciudad", (soy de pueblo), y te hacían las típicas fotos “souvenir” donde mi hermana daba de comer a las palomas mientras yo simplemente lloraba...)

Ya , al otro lado de la plaza, en la boca de metro que hay en la puerta de “quedada” de “El Corte Inglés”, vamos, donde queda todo el mundo!!!, una voz me ha detenido… mira que hacía calor, pero me he quedado helada!!! no me lo esperaba, era la persona en quien hacía un momento yo pensaba…

Habíamos tenido la misma idea, caminar bajo ese Sol que hoy el día nos regalaba, y mientras me hablaba, yo escuchaba, miraba, y que tontería… las piernas me temblaban!!! (espero que no se haya dado cuenta!!!) sentía como mi corazón palpitaba al notar como su mano me acariciaba… (bueno, caricia lo que se dice caricia… para que nos vamos a engañar, simplemente se trataba de un acto reflejo, su mano toca mi brazo de arriba a bajo… pero a mi me encantaba!!!, además es por ponerle más emoción al encuentro!!!...)

Sin más dilación nos despedimos besando nuestras mejillas, y para mis adentros pensaba… Josita, cómo puedes ser tan “pardilla”!!! upssss!!!!

Mientras caminaba por “Ronda St. Pere” dirección a la “Plaça Urquinaona” para esperar el autobús, (sí, quería viajar en bus, necesitaba ver la ciudad desde la superficie), encontré la respuesta a mi pensamiento… Tal vez no tenga muy claro lo que quiero, pero ya sé lo que no quiero…

A priori esta reflexión puede parecer negativa, pero nada más lejos de lo que realmente significa… a veces averiguar “aquello que no quieres” abre muchas ventanas… quizás para que pueda entrar el Sol…

"Arcos y Flechas" (Por Dinobat)

Ya sé que el día de “Los enamorados” ya ha pasado, y no es que me haya olvidado… simplemente este año he pensado no “meterme” con “Cupido”, que bastante lo hice el año pasado!!!
Pero… en vista de algunos comentarios, y en forma de “paréntesis” entre “El Relato” y “El Relato”, nuestro querido "Filósofo Extraterrestre", más conocido como “Dinobat” nos ha enviado un regalo!!!
Así que… como aquí “lo que importa es lo que te cuentas tú”, ahí va, a modo de "regalito", uno de sus “cuentitos”…

"Saboreaba una fantástica Coca-Cola de la cosecha del año '97, pensaba y pensaba como siempre había hecho desde mi niñez, desde aquel día en que mi madre me preguntó "que quieres ser cuando seas grande?, y yo respondí "filósofo", por supuesto causando que todos rieran a carcajadas pensando que había escuchado aquella locura en alguna comiquita en la tele. Pensaba en el bien y el mal, en aquello que me hacía reir y en como mi racionalidad dominaba mis pasos a lo largo de mi existencia. La vida no es más que un conjunto de pasados y futuros unidos por una línea fina a la que llamamos presente. En el presente nos movemos por apenas segundos, es el puente para pasar de lo que vivimos a lo que estamos por vivir, subiendo la mirada al cielo en busca de esas respuestas que nunca llegan lo vi pasar.Confieso que sentí una variedad de sentimientos no usuales para un ser racional y frío como yo, por años me había preguntado el por qué de esos enamoramientos infelices y sin sentido que abundaban en las vidas de los seres que pueblan el planeta este circular donde vivimos. Pues allí lo entendí todo, cuando frente a mi pasó el guevón ese, el rechoncho, infeliz, tarado y feo con cojones gordito con alas cargando su arco y flecha. A claro no lo sabían?, es que existe el maricón, de Cupido les estoy hablando, el sin oficio ese que se dedica a clavarle flechas en el trasero a los seres vivientes, si porque ni puntería tiene para clavarlas en el corazón porque es miope y no utiliza lentes.Por un segundo dudé si efectivamente lo había visto o no, por si acaso me cubrí mis posaderas con una coraza de acero inoxidable que me había diseñado un científico amigo para evitar enamoramientos pendejos o imposibles. Déjenme contarles un poco, resulta que el gordito alado ese no es más que un rebelde angelito que fue despedido del cielo por robarse unas alas doradas cuando en realidad debería usar plateadas, el muy maricón no conforme con eso se birló el arco y flecha que se usaba para enamorar a la gente, eso sí, bien usado y no para escoñetarle la existencia a todos los infelices que andan por ahí jodidos por un "amor" traicionero. Pues el idiota sin destino este se dedicó a flechar a cuanto imbécil se encuentra causando el caos total en que se encuentran las relaciones humanas en estos días del siglo XXI. Miré mi fría Coca-Cola que estaba exquisita y pensé por unos segundos que hacer, organicé mis pensamientos y recordé a todos mis amigos y amigas que habían llorado lágrimas de sangre a causa de sus amores imposibles. Pasaron por mi exhausta mente todas aquellas veces en que algún plan se había jodido a causa de las actitudes mongoloides de Cupido en su venganza infinita por acabar con la raza humana jugando con su debilidad más grande, el amor. Es que no se han dado cuenta todavía que cuando las cosas van bien en el jueguito diabólico todo nos parece rosa?, y por ende cuando van mal vemos feas hasta a nuestras propias madres?. Tomé la decisión de inmediato, voy a joder al gordito infeliz este a toda costa, o por lo menos lo voy a amedrentar para que deje de joder a las almas buenas que no merecen llevar a cuesta una cruz de terror a causa de un enamoramiento sin sentido y destino.
Corriendo hacia mi cuarto tropecé con mi padre quien de inmediato me recomendó en tono de advertencia no cometer ninguna locura de la cual luego me pudiera arrepentir. Claro es que él ya había visto esa mirada en mis ojos anteriormente, pidiendo permiso a la vez que le lanzaba un beso de despedida seguí mi camino al cuarto, con rapidez me vestí y busqué unos lentes especiales para ver ángeles que había comprado en una feria de ociosos en Berlín. Me los coloqué, me puse mi franela blanca que aún exhibía algunas manchas de sangre a pesar del agua oxigenada que mi madre le había echado para tratar de blanquearlas y salí a la calle a tratar de pescar al ángel del amor.Brincando el muro de mi casa corrí por el medio de la calle tratando de seguir la ruta que había seguido el regordete, en cuestión de segundos lo divisé preparando su arco y flecha para joder a alguien por ahí.
Fue fácil verlo con la ayuda de mis lentes y además con el peso que lleva el infeliz no es capaz de volar a más de 5km/h. Con cuidado me escondí atrás de un árbol y en ese momento vi que la víctima era una vecinita de la cuadra a la cual le tenía una arrechera mágica por todas las veces que no había aceptado salir conmigo. Dudé en ayudarla, sentimientos cruzados me invadieron, pero esta lucha épica era superior a cualquier sentimiento mundano y tétrico que pudiera llevar adentro, se trataba de joder a Cupido.
El ángel rechoncho tomó su arco, y yo tomé mi china, cargada con un garbanzo viejo, que estaba más duro que el estómago de mi vecina. Cupido se acomodó y sonriente colocó una flecha en su arco, justo cuando iba a disparar le metí un chinazo en la frente que lo hizo volar y mover sus alas con desesperación mientras la flecha iba a parar a la acera paralela, mi vecina ni cuenta se dio de lo que sucedía pero el angelito molesto por aquella perturbación recuperó el vuelo y trató de disparar nuevamente. Una vez más le metí un chinazo, esta vez en un ala, la flecha voló sin rumbo y el regordete cayó al piso. Allí me le paré enfrente y le dije "gordo maldito, tu crees que puedes seguir jodiendo al planeta a tu antojo? el ángel caído mirándome con ojos de furia respondió "coño Policarpio, me temía que tu pudieras acabar con mi misión aquí en Venezuela, pero no lo permitiré!!!!, con la misma me echó una especie de polvos pica pica que me lanzaron en una de rascarme todo el cuerpo por varios minutos, el querubín voló cagado de la risa y se me perdió a la vista, solo alcancé a escuchar cuando disparó la flecha esta vez acertando en plena nalga de mi vecina.Todavía rascándome corrí hacia mi vecina que se trababa de subir en su vehículo, pudiendo ver la flecha que ella no veía, se la quité de la nalga de un tirón, ella no se lo tomó muy bien y me lanzó una cachetada mientras gritaba "sádico Policarpio, ahora tratas de agarrarme mis nalgas", yo todavía rascándome logré esquivar el piñazo y opté por quedarme calificado como sádico que tratar de explicarle a ella lo que había sucedido.
En mi casa nuevamente, estaba convencido que Cupido seguiría jodiendo gente por ahí, eso no lo podía permitir y me lancé a uno de sus lugares preferidos, las discotecas, en donde entre el alcohol y el humo el rechoncho hace de las suyas acabando con la sanidad de cualquier humano decente que solo quiere encontrar a alguien para pasar el resto de sus días.Vestido de gala me subí a mi carro y me embalé a recorrer varias discotecas capitalinas, sabía que de alguna manera u otra me encontraría con el querubín de la maldad. El ruido clásico de las discos me aturde, el olor a cigarro me hace vomitar y la razón oculta por la cual los humanos están en ellas me hace meditar. Con cuidado me confundí entre la gente tratando de pasar desapercibido, algunos me reconocían y saludaban sorprendidos de verme allí, yo hacía un gesto de saludo y seguía en mi búsqueda furtiva. De pronto lo vi sentadito en una de las repisas del bar, se estaba echando un palo de Vodka, y sonreía al mirar una lista que supuse era de sus víctimas, me acerqué con cuidado y me senté en la barra pidiendo agua fría, el regordete no notaba mi presencia pues vestido de flux y corbata no parecía el Policarpio usual.
Noté que había puesto el arco y flechas a un lado, mientras se emborrachaba, el miedo me atacó pues si Cupido sobrio ponía cagadas gigantes, con unos palos encima pues acabaría con la humanidad. En un principio pensé en tomar el arco y flechas y salir corriendo pero eso resultaba peligroso, el monigote este se encontraba sentado en las alturas de una repisa llena de botellas de vidrio. Pude ver como colocó el vaso a un lado y tomó su arma letal, estiró sus alitas y comenzó a volar, dando tumbos por la pea que cargaba se situó convenientemente encima de la pista de baile y se predispuso a lanzar una flecha. Con sutileza me acerqué al infeliz que iba a ser su víctima y le di un empujoncito casual, la flecha pasó de largo y se estrelló contra una silla, el regordete enfurecido me pintó una paloma y volvió a armar su poderoso arco. Allí y con mi vaso de agua en la mano decidí bañarlo, solté toda el agua hacia arriba en un acto propio de borracho de discoteca y le mojé las alas al querubín, el peso se hizo sentir de inmediato y cayó al suelo en donde sin pensarlo dos veces le metí una patada enviándolo de golpe a estrellarse contra una de las cornetas del local.Me le acerqué y lo agarré por el cuello, "enano de mierda, jodón" le dije "esta vez te voy a liquidar", el pequeño angelito me miraba molesto pero sin poder hacer nada pues sus alas permanecían mojadas, las flechas se habían doblado del carajazo y sus rizos estaban desechos. "Tu has escoñetado a medio planeta Cupido, coño pana, esta bien que ensartes a gente para lograr relaciones estables y sanas pero eso de meterles el veneno a pobres infelices de gente que sabes que no le van a hacer caso no está bien" le dije en voz fuerte y sin soltarle el cuello, sonrío el muy malvado y no me contestó. Lo estrangulé y me lo llevé afuera del local, en el estacionamiento lo amarré con unas cuerdas que tenía en el carro y lo monté al lado mío, lo paseé por toda Caracas mientras lo insultaba y le recordaba lo coño e' madre que era, el regordete no decía nada, hasta que salió de su silencio y me dijo "coño Policarpio, a mi me jodieron, es verdad me robé unas alas doradas, pero eso no era para botarme del cielo, y bueno decidí vengarme pues, le doy a los humanos en donde más les duele, en el corazón", "pero si ni siquiera clavas las flechas ahí ciego de mierda" alcancé a decir, Cupido prosiguió "ese no es peo tuyo, cómprame unos lentes pues, además yo me divierto con mis andanzas."Reconozco que quería acabar con la existencia del regordete en el instante, luego de lanzar el arco y flecha a un río que atraviesa la capital, el querubín me indicó que tenía hambre. Lo pasé por un carrito de perros calientes y le compré unos, se los tuve que dar en la boca pues no pretendía soltarle las amarras. Cupido comenzaba a pasar la pea y trataba de convencerme que le soltara so pena de meterme un flechazo en algún momento de mi vida de alguna tipa que fuera mi amor platónico y joderme la existencia hasta la eternidad. "No vas a poder meterme un coño guevón, te voy a aniquilar" le decía con rabia, el enanete se reía como si supiera algo que era desconocido para mi persona.
Llegué a mi casa y subí al techo de la misma, construí una pequeña cruz de madera y lo amarré, busqué un hacha y justo cuando le iba a cercenar la cabeza sonó mi celular, contesté y era mi vecina, a la cual le había sacado la flecha horas antes, "hola Policarpio, mira disculpa si fui ruda contigo, me perdonas? no podía creer lo que escuchaba y solo pude decir "si, si no hay problema, no hay nada que perdonar". El regordete se reía a carcajadas y me decía "fíjate, no soy tan malo como piensas, esa mujer que siempre te ha gustado ahora a tus pies", "pero si yo le saqué la flecha", "no, no, mi querido Policarpio, esas bichas tienen efecto instantáneo"No tuve el corazón para matar al querubín, yo no soy un asesino, loco si, más no un criminal, lo solté y hasta le regalé un arco y flechas que tenía desde cuando era niño, entendí en aquel momento que el balance y el equilibrio que crean seres como Cupido debían tener una razón en el más allá, quise preguntarle pero preferí callar.Ciertamente ahora estaba a mis pies mi vecina, es solo que sin lugar a dudas amar a Policarpio sería otra de las malas jugadas de Cupido, después de todo yo seguía siendo el mismo, o no?"
Por Dinobat

"El Relato" VI Parte... El Principio o El Final???

Por fin era viernes…
Curiosamente y por encima de todo pronóstico, debido a esta “dichosa crisis”, había tenido una semana de mucho trabajo, y hoy había salido de la oficina un poco más tarde de lo habitual, debía dejar zanjados algunos temas, quería que todo estuviera perfecto para el lunes, pasar sin problemas la auditoría y que la empresa que le habían asignado obtuviera el certificado de “calidad”…

Aún así no era lo suficientemente tarde para que el metro se llenara con los típicos usuarios de fin de semana que utilizan el transporte público para moverse por las distintas zonas de ocio y cultura de la ciudad.

Tal vez debido a ese lapsus de tiempo había tenido la opción de viajar sentada cómodamente, y mientras escuchaba “la banda sonora” del día, recostaba su cabeza en la ventana mientras su flequillo estilo “Françoise Hardy” en los años 70’ ocultaba la mitad de su cara…
Aunque por lo visto no era la única que hoy había hecho horas extras y se había visto beneficiado por las circunstancias aprovechando la opción que hoy se le brindaba…

De repente, y sin haberse dado cuenta del tiempo transcurrido, un leve zarandeo y una voz de “durazno”, algo así como de locutor de radio de madrugada, y con un inconfundible acento italiano, la puso en alerta…

- “Perdona que te haya despertado, pero coincido contigo cada día y sé que esta es tu parada…”
Tragó saliva para poder mediar palabra…

- “Ufff!!! Gracias!!! Estoy un poco cansada, te lo agradezco… de no ser por ti… no sé dónde hubiera terminado la jornada!!!”

Se puso en pié, desde la puerta le dedicó la mejor de sus sonrisas y guiñándole un ojo a modo de agradecimiento y despedida, abandonó el vagón…

Debido al agotamiento acumulado durante toda la semana, subió con dificultad las escaleras de la estación de metro, contando uno a uno los escalones que normalmente sorteaba de dos en dos pensando por un momento en como se lo “montarían” para entrar y salir de allí las personas con movilidad reducida…

Al salir respiró hondo inhalando así el humo de tabaco negro que acababa de encender un adolescente inconsciente que aguardaba en el punto de encuentro a sus amigos para salir de marcha por la gélida noche que cubría Barcelona…

Abrochó por completo su abrigo y cubrió su cuello con el foulard, hacía frío, pero dirigió sus pasos a ritmo lento recordando todo aquello que “supuestamente” había soñado en el transcurso de siete paradas…

Se detuvo en el semáforo para cruzar al otro extremo de la calle, antes de llegar a casa quería aprovisionarse de algo dulce a ser posible con sabor a chocolate, que hiciera más placentera su solitaria noche de viernes y aunque había dejado de fumar, un deseo incontrolable hizo que cambiara su rumbo en busca de cigarrillos…

Parpadeó varias veces sorprendida al ver aquel payaso triste dibujado en el cartel de la marquesina del bus que tenía justo en frente, estaba flipando!!! y eso mismo pensaron los transeúntes que pasaban a su lado…

Seguramente llevaba semanas pasando junto aquel cartel, pero sólo hoy se había percatado de su existencia, tal vez su subconsciente lo tenía presente y de ahí la implicación de aquel “personaje” en su “sueño”…

Paró frente a la puerta del estanco, y con gesto de indignación exclamó… “mierda”!!! miró la hora en el teléfono móvil y en ese momento fue consciente de que era demasiado tarde…

Un viernes más tendría que conformarse endulzándose con la sonrisa y la mirada del “presentador” del programa del corazón de turno y respirar el humo con aroma de vainilla que desprende el quemador de esencias…

Resignada, decepciona y abatida llegó hasta el portal de su casa, y cuando iba a coger las llaves se percató que su bolso estaba abierto…
Por un momento se sofocó, “me han robado”!!! pensó…, pero no, todo estaba en su sitio…

Se quedó inerte frente a la entrada, desconcertada por lo que estaba ocurriendo y sorprendida de la propia expresión de su cara la cual veía reflejada en el cristal de la puerta de entrada, -“esto lo cuento en mi blog y no se lo cree nadie”!!! exclamó en voz alta al ver una nota de papel reciclado cuidadosamente doblada en la que además de un nombre y un número de teléfono escritos en color plata rezaba así:
“Desearía conocerte”…

Entró en casa nerviosa, se sentía como una adolescente a la que acaban de besar por primera vez… y sin despojarse del abrigo se sentó frente al portátil y comenzó a escribir…

"El Relato" V Parte... Ad Calendas Grecas... (Por "A. Corvinus")

El payaso cara a cara se acerca hacia ella muy deprisa y de un empujón vuelve a meterla en los servicios arrinconándola contra la pared.
Suerte o desgracia no hay nadie mas allí dentro.

Mientras una mano del payaso se introduce y saca algo de su propio pantalón…
El pánico se apodera de ella y va a gritar como nunca antes lo ha hecho.
Cuando aparece algo parecido a una cartera, el payaso la abre y en ella puede leer Giovanni Cormano, Arma dei Carabinieri "
¿¿Policía?? Es policía y le ha dado un susto de muerte que podría haberla dejado tiesa allí mismo. El la incorpora y se aparta un poco disculpándose por la manera de acercarse a ella pero no podía descubrirse antes y necesita acelerar las cosas.

Todo ello en un correcto español a pesar del encantador acento Italiano en su voz. ¿Porqué Italo? medida cautelar, las mafias y los criminales de este país conocen a todos los agentes locales.

Con voz firme le dice:
“Soy un agente encubierto de nuestra división que enlaza con la policía de tu gobierno y en caso de tener comprometida mi identidad tendría que dar muchas explicaciones por no mencionar la montaña de papeles a rellenar… y ese Señorita, es un tiempo del que no disponemos ahora mismo.”

Ella replica:
“¿Disponemos?”

Giovanni:
“Sí, me refiero a los dos.”

Isabel:
“¿Y yo qué tengo que ver con todo este lio??”

G:
“Veamos, tú eres Isabel Saenger Marín de 31 años hija de madre Española y padre alemán con residencia en la calle...”

Interrumpe ella...
“Todo eso puedes saberlo con la documentación que me has robado tú o el otro elemento de mi bolso.”

G:
“Correcto, pero si fuera un criminal y quisiera algo más de ti o bien lo tomaría por la fuerza o te dejaría malherida para conseguirlo, pero en ningún caso estaríamos hablando, verdad?”

“Déjame continuar, que esto no sale en tu documento de identidad.
Estudiante de microbiología avanzada a tu edad, obtienes licenciatura doble en medicina y cirugía el año 1998 y posteriormente destacas con honores en la especialización de enfermedades infecciosas.
Eres alguien fuera de serie en tu categoría.”

Ella se queda muy sorprendida y apenas acierta a contestar asombrada:
“Veo que me conoces muy bien y yo apenas se nada de mi agresor excepto que dice ser policía y que tiene unos métodos que dejan mucho que desear.”

G:
“Te mereces una buena explicación pero hemos de irnos a un sitio mas seguro donde podamos hablar y responder a tus preguntas.
Evidentemente a tu casa no puedes ir, está bajo vigilancia y no es casualidad que te hayan encontrado dos veces.”
“Así pues, creo que el hotel donde me alojo hace dos días es un lugar idóneo por ahora, además está muy concurrido por si tienes miedo de mi y deseas pedir ayuda. ¿Te parece razonable?
Para facilitar las cosas yo me quitaré este disfraz de payaso y tú te lo has de poner. Saben que has entrado aquí y estarán vigilando el acceso.
Tendrías que salir tu primero y yo te seguiré hasta encontrarnos en la superficie de la calle.”

Instintivamente contesta ella.
“¿Que te hace pensar que voy a ir contigo a ningún lado?”

Isabel esta confundida y desorientada completamente. Su vida ha dado un giro inesperado en las últimas horas y nada parece tener sentido, no sabe que pensar o a quien creer. Además, ha de decidir si confía en la palabra de este supuesto policía y dejarse llevar o huir desesperadamente en cuanto él baje la guardia y la atención sobre ella…

Sin embargo ese primigenio instinto ancestral que además es algo que las mujeres tienen muy desarrollado, le dice que puede fiarse de este hombre.
Otro detalle que decanta la balanza a favor de este nuevo dilema es el hecho que este payaso no se parece en nada al anterior que se había cruzado en su vida. Parece más limpio, bien formado y además huele bien.
Sí, parece una tontería pero son esos pequeños detalles que pueden cambiar el curso de los acontecimientos y que hablan de uno mismo mucho antes
que sonido alguno sea emitido por los labios.
Decididamente no son la misma persona y le intriga el motivo.

“Creo que por ahora me fiaré de ti, pero si intentas algo lo vas a lamentar”

Ella se viste con el traje que le viene grande, pero claro siempre son así en los caracteres del circo.
Se coloca la peluca de color y una nariz roja enorme que termina por desdibujar su cara femenina, todo el conjunto es más bien gracioso pero se siente completamente ridícula vestida de esta tesitura.
Al salir de los servicios, la cabeza más bien baja en dirección a la calle según lo acordado y al subir las escaleras una bocanada de aire fresco rebaja su nivel de adrenalina y ansiedad.


Minutos después aparece un taxi, como es habitual en una gran ciudad y ambos suben a el, sin complicaciones hasta el momento.

De camino al hotel ella puede examinar mas cuidadosamente a su acompañante mientras viajan en el coche. Ahora puede apreciar mejor a “Giovanni”, se ve claramente que le gusta cuidarse, de marcadas facciones y penetrante mirada, no es especialmente guapo pero tiene un atractivo difícil de pasar por alto y que termina por llamar profundamente la atención de Isabel.
Es educado y amable en todo momento, quizás demasiado…
Si bien ella no es tan inocente como podría parecer, el cansancio se apodera de su cuerpo y es la primera vez en mucho tiempo que se siente reconfortada y segura con un hombre, si además tenemos en cuenta la vorágine de acontecimientos que han sucedido y que todavía esta tratando de asimilar.
El taxista mientras conduce a la dirección indicada, mira por el espejo interior a la curiosa pareja de clientes que lleva sin decir palabra y sonríe.
Cosas más extravagantes ha llevado en su coche y su oficio no es el de formular preguntas a quien paga por sus servicios.

Llegando al hotel, céntrico y de apreciación lujosa ella se tranquiliza más y comprueba que el departamento de la policía no tiene contemplaciones en justificar gastos sin importar la cantidad de los impuestos de sus contribuyentes, a la hora de asistir a los agentes internacionales o no en las labores de investigación y en garantizar una buena calidad de sus actividades en lo que quiera que hagan cuando están de incógnito.


Suben a la planta y llegan a la habitación cerrando la puerta con llave, queda puesta en la misma cerradura algo girada.
G:
“Ponte cómoda en la medida que te sea posible.
Tienes hambre? Yo estoy, como decís vosotros… ¿famélico?
Podemos pedir cena en la habitación si lo deseas…”

“Bueno, es el momento de aclararte las cosas y has de saber…
Que el hombre de la cafetería pertenece a una red bien organizada de espías internacional que a su vez trabajan para un grupo de magnates denominados “Los Cien”. Cien son los apellidos de la clase mas alta y adinerada de este planeta y pretenden moldear al color de su propio prisma el mapa de la política mundial y son en gran medida los responsables de la desestabilización económica que estamos atravesando.”

“En tu búsqueda de una cura al cáncer hereditario asociado a una mutación del gen APC, estás avanzando mucho en los ensayos sobre el cromosoma 5, pero sabemos que alguien ha estado manipulando tus muestras para alejarte de la solución, mientras han copiado todo tu trabajo en otro laboratorio acercándose al objetivo final.”

“Aproximadamente en un año podrán sacar al mercado internacional una muestra alfa nominal suficientemente evolucionada, mucho más que satisfactoria de tu investigación para convencer a las grandes firmas de lo factible de sus palabras.
Te aseguro que han invertido mucho tiempo y dinero en conseguir los avances necesarios en esa búsqueda.”

“En ese momento pasarás a ser una molestia en la consecución de su negocio multimillonario y adivina que pasará contigo entonces.
Pero tranquilízate, no pueden desestimarte todavía porque sólo tu has logrado las muestras correctas en la dirección exacta.
Tu vida corre peligro por que eres la fuente de esos conocimientos.
Esa fuente de agua de la que no desean que nadie pueda beber…
Así funcionan ellos, sin rastros, vínculos o entidades que puedan apuntar a un origen o existencia.
Tristemente eres víctima de tu propio éxito y talento.”

“La buena noticia es que no estás sola y hemos decidido intervenir antes de que sea demasiado tarde y sobretodo para ti.”

Isabel perpleja...
“Pero esto es increíble, toda esta mascarada y maniobra política sobre unos estudios y años de trabajo enfocados a mejorar la calidad de vida humana terminan en asqueroso dinero?.”

G:
“Mucho asqueroso dinero que no puedes llegar a imaginarte dentro del sector farmacéutico entre otros.
Conoces otro poder capaz de despertar semejante interés y cooperación a nivel global?.

Con tu permiso voy a ducharme que ha sido un día muy largo y agitado vigilando a unos y persiguiendo a otros.
Sería muy recomendable que de momento no llames a nadie pero si realmente lo has de hacer no reveles tu posición o le digas a nadie donde estas alojada, comprendes?
Y dime por favor si quieres algo para comer.”

Ella solo asiente con la cabeza, entendiendo la situación.

El se pierde detrás de la puerta blanca del cuarto de baño y se oye cada vez más el repicar del agua sobre el mármol negro del interior de la bañera.
Es un sonido constante y calmado que relaja mucho a nuestra doctora y empieza a quitarse lo que queda del vestido de payaso mientras piensa en como ha podido verse inmersa en esta situación tan compleja como inverosímil.

No mucho rato después se abre la puerta del servicio y aparece cierto policía secándose el pelo, apenas cubierto por una toalla cerca de la cintura, dejando visible un torso bien formado, sin mucho vello y algo moreno.
Con ese aroma inconfundible a limpio y fresco de recién afeitado…
Esa fragancia que le trae dulces recuerdos de cuando ella todavía era pequeña y vivía en la casa familiar y por la mañana al despedirse su padre la besaba antes de irse a trabajar.

Giovanni:
Oh, te pido disculpas, enseguida me pongo ropa.
¿Has pensado que quieres comer?

Isabel no puede evitar mirar abiertamente semejante regalo para sus ojos, ese animal de oscuro pelaje e increíble fuerza interior.
No recuerda cuando fue la última vez que ha estado con un hombre como ese y que haya sido capaz de colmar todos sus deseos...
Mucho más tiempo hace aún, desde que vio algo así, tan cerca, hermoso y apetecible siendo a la vez un perfecto desconocido.
Esta es, quizá, una de sus fantasías eróticas inconclusas que está a punto de cristalizar en algo más que un sueño si consigue acallar esa estúpida voz interior que siempre te dice lo que es éticamente correcto o prudente.
Pero no es una pugna justa y apenas dura unos pocos segundos, pues muy por encima de toda controversia y antes que nada, primero es mujer.
Empieza a sentir cierto hormigueo algo más abajo de su estomago y se abandona al reino de los sentidos, acercándose despacio mientras empieza a perder ropa por el camino...


A media voz, casi susurrando se sorprende así misma contestándole:
“Sí, ya he decidido que quiero para comer...”


_________________________________________



A.Corvinus

Dedicado a la criatura más compleja y maravillosa que existe en el universo del ser humano…
Creadora de la vida y paraíso inexplorado por la mayoría de los hombres.
Dedicado a la Mujer.

"El Relato" IV Parte... Con La Miel En Los Labios... (Por "Helena de Troya")

En la tranquilidad de la noche, ya en su hogar, las notas de un selecto soul acompañaban sus pensamientos. Después de aquella locura que sin pensar había llegado a cometer (encontrarse en un hotel con un desconocido) empezó a imaginarse como iban a ser sus trayectos en tren. “¿Y si me encuentro con el payaso? ¿Y si de repente como la otra vez aparecen aquellas manos? Seguro me pondré a gritar o me entre el miedo y me quede paralizada… creo que cambiaré mi turno en el hospital por una temporada, así evitaré el mismo horario que tal vez tengan estos dos para dirigirse donde quiera que se dirigieran cuando toparon conmigo. Pero… (un sudor frío interrumpió su paz) pero y si el payaso no va de payaso y no lo reconozco? O ¿y si es el mismo que me sedujo con sus roces y me ha engañado totalmente?...
La tercera y última copa de vino la ayudó a reconciliar a su almohada con sus sueños.

A la mañana siguiente sus tacones la llevaron a la misma estación. Decidió hacer borrón a aquel capítulo misterioso que había vivido y no obsesionarse en si iba o no a tropezar con esa panda de miserables.
Como pudo se metió en el vagón, abarrotado como de costumbre. Por suerte, su trayecto discurrió sin ningún imprevisto. La emisora que cada mañana sintonizaba en un mp3 la ayudó a concentrarse en otras cosas.

Bajó del vagón, y su cuerpo siguió a sus pies entre la muchedumbre. Su mirada perdida se fijó en una espalda ancha que caminaba delante de ella. Le llamó la atención. Dio una risotada. El programa de las mañanas que sonaba solo en sus oídos, era de tono humorístico. Pero la espalda se giró. Su corpulencia admirable iba acompañada de unos ojos misteriosos a la vez que dulces y serenos. Una semi sonrisa salió de unos labios perfilados de simpatía. Sus cejas la saludaron.
Cabizbaja, sonrió y siguió adelante.
Cada mañana desayunaba frente al hospital, en una cafetería. Una vez servida miró a las mesas de alrededor a ver quien se estaba leyendo su periódico, el que cada mañana le gustaba leer. Alguien lo sujetaba frente a su rostro. Solo le faltaba que hubiera hecho los dos típicos agujeritos como para espiar…
Y sin poder verle el rostro se empezó a sentir incomoda. Volvieron a su mente el payaso y el ladrón. El timbre de un teléfono móvil interrumpió en la sala. El señor del periódico atendió la llamada. Ella se sorprendió y esta vez fue ella la que adornó sus labios con una sonrisilla: era el chico de la espalda ancha.
Vestía bien y olía mejor. Un zumo de naranja acompañaba su lectura. Y un cigarrillo apoyado sobre el cenicero hacía bailarle el humo por la cara. Le lloró la mirada. Y ella se imaginó consolándole, susurrando palabras de calma y paz.
El chico se guardó el móvil en el interior de la chaqueta. Dio el último trago y tras pagar salio del lugar.
Cuando ella se quiso dar cuenta, se le había casi pasado la hora de entrar a trabajar. Se dirigió a la barra a pagar.

-Te lo dejo aquí-dijo ella, hablando a un ocupado camarero
-Ah Isabel, no importa- y se acercó hacia ella- el chico que acaba de salir por la puerta ya lo ha dejado pagado- y se rió picaruelamente.
-¡¿Cómo?!- ya lo que le faltaba.
-Sí, como lo oyes. Pero es que además dejó esto para ti.-y le entregó una hoja doblada.
Como si de una bomba se tratara, la abrió lentamente. Notó como el camarero se quedo como esperando a que le dijera que ponía. Y dio unos pasos hacia atrás.
La nota decía:
"Siento haberte extirpado el alma. Prometo devolvértela. Pero devuélveme tú mi corazón”

Se sentó de nuevo en la silla. No se lo podía creer. Aquel hombre que la hizo excitarse en el tren, era el mismo que sostenía aquellos ojazos dulces y aquel cuerpo de pecado.
Como podía estar pasándole eso a ella. “Con lo normal que soy yo”…

Tras una dura jornada de idas y venidas a quirófano, Isabel terminó su turno. De nuevo la vuelta en ese vagón al que le erizó el bello cuando lo oyó llegar.
Quería encontrarse con él y hacer realidad sus deseos y acabar lo que empezaron en el tren.
-No te gires- le susurraron por detrás.
-No puedo, quién eres- otra vez el bello de punta
La rozó de la cintura haciéndola girar y mirarla de frente. Estaban a escasos centímetros.
“Por fin” gritaron sus ojos.
Mantuvieron esa mínima distancia y varios segundos sin decirse nada, sólo se comían con la mirada. El sentía que ella deseaba bajarse las bragas. Y ella quería hacer algo prohibido.

De repente como salido de la nada, como si se hubiera abierto una zanja bajo tierra y hubiera asomado como el mismo diablo, unos gritos afónicos, los despertaron de aquella nube en la que flotaban.
-¡Eh! Tú, ¡¡otra vez robando!!- era el payaso con el maquillaje hecho un borrón, recién abucheado del espectáculo, torpe entre la muchedumbre de aquel vagón que perplejo adivinaron la escena. Un abrigo largo y rasgado tapaba el disfraz.
Isabel dio un respingo hacia atrás, separándose de aquel apuesto “ladrón” y vigilando los pasos de aquel torpe payaso.
-¿Quien es?- le dijo el chico apuesto a Isabel.
-Esto me supera. Mira payaso, no quiero problemas, ruego que me ignores-le dijo dirigiéndose al payaso que ya sentía de cerca su aliento a bebida alcohólica, con la mirada perdida, casi lasciva.
-¡¡Es el tipo que te robó ayer!!- gritó el payaso. Su voz casi hizo eco.
-Mire, porqué no se va por donde ha venido- le dijo el chico apuesto.
-Siempre el mismo royo. Roba almas, corazones y dinero. Sí, sí, este tipo tan bien plantado, osa en amedrentar a un humilde actor de circo, para llevarse el alma desvalida de esta pobre dama. Y luego se la devolverá hecha añicos-gritó de nuevo.
Ella, agarrando con fuerza su bolso dio la espalda a la escena. Notó como mil ojos se clavaban en su nuca y sintió el peso de la vergüenza.



Llegó a su parada y dejó el monólogo que sólo interpretaba el payaso. A unos pocos pasos la mirada desafiante del “ladrón” condenaba dicha escena.

Bajaron con ella más personas que la arroparon por un momento. Aún así, necesitaba refrescar su nuca, se estaba agobiando. Así que entró en un baño publico de la estación. Siempre igual de sucios y abandonados. Eso si, un letrerito en la puerta indicaba que hacia solo media hora que una tal “Caqui” había pasado a limpiarlos…

Y ocurrió. Al salir del baño se sobresaltó al encontrarse allí plantado al payaso…

"El Relato" III Parte... Ladrón De Corazones (Por "Dinobat")

El payaso con toda la magnitud de su infelicidad no podía dejar de reflejar aquel bello rostro en su mente cansada de niños y lágrimas falsas. Trataba de hacerse la idea que de alguna forma mágica le vendría la luz del entendimiento y podría explicar a la dama en cuestión que el no le había robado, la policía sería un juego de niños, engrasar sus manos y al olvido todo aquello. Aquel dudoso payaso sabía quien era el ladrón y bien que lo sabía pues entre payasos y ladrones nada oculto existe en este planeta asqueroso donde existimos todos y cada uno de los mojones.

Aún molesta por el robo pero con la clásica curiosidad estúpida de las mujeres cuando de amores se trata, se debatía entre bajarse dos estaciones más allá o simplemente irse a su casa a jugar con un artefacto plástico. Por su mente se paseaban las sensaciones primarias a las que había sido sometida pocos minutos antes, “si todos los ladrones fueran así, pues que vivan los ladrones” se decía sin poder dar crédito a semejante irracionalidad. Su mano sudada aguantaba la llave de aquel hotel, en donde ella daba por descontado que volvería a sentir, volvería a vivir, después de tantos años de soledad mal vivida.

Siguiéndola a paso de vencedores y aún con la vestimenta de payaso encima se sentía como una mezcla de superhéroe con bandido angustiado. No podía quitar la mirada de aquellas piernas que rebozaban debajo de aquel abrigo corto, aquel abrigo que reflejaba los deseos ocultos de la verdad, aquel que pedía a gritos que le vieran, que le mimaran, que le dieran algo de cariño. Ella tratando de ordenar pensamientos ya había tomado una decisión, como todos los seres humanos, que sabemos lo que queremos solo que nos gusta explorar opciones para luego reprocharnos si las cosas salen mal.

El hotel era un lugar humilde pero limpio, uno de esos con muchas historias que contar. El dependiente saludó de manera cordial a la dama quien sin meditarlo mucho se encaminó al ascensor. Muy de cerca el payaso, a quien el dependiente por igual saludó sin poder dejar de pensar que los fetiches humanos habían alcanzado límites inimaginables. En un ascensor una mujer perdida, en el otro un payaso sin vida, los dos encaminados a una trampa tendida, sin saber se nos va el tiempo, y en esos momentos de duda simplemente necesitamos ayuda.

Entró a la habitación, luego de abrir las persianas y mirar abajo se quitó el abrigo y lo puso encima de la cama. Se dirigió al baño y se echó agua en la cara, robada y desolada por los momentos, volvió a mirar en el espejo los moretones de la batalla en el metro, aquella que le había hecho sentir de nuevo y por eso había seguido las pistas de lo desconocido. Se desabrochó la blusa la cual había perdido un botón, con suavidad se acostó y racionalizó que esperar era su única opción.

Con los nervios de punta y vestido de payaso entró a la habitación. Sus miradas se encontraron punzantes, invitando a la maldad a penetrar cada rincón de aquellas almas putrefactas. Ellos querían decir tantas cosas, pedir y dar explicaciones pero ninguna palabra salía al exterior. Se estudiaron por un rato, un momento, un segundo, una vida, se acercaron lentamente y decidieron dejar de un lado cualquier pregunta insomne que pudiera reventar aquel momento sublime.

El payaso quien desde su juventud solo sabía de acariciar a las fieras del circo, las cuales violaba en sus noches de soledad embistió cual toro enfurecido las caderas de la dama, ella dejando ser, pensando mal, sintiendo aquel, cerró los ojos para notar con cierto recelo que aquel olor no era el mismo del metro, que aquellas manos no tenían las mismas cavidades, que el toque mágico se había esfumado en un instante, que ese sueño pesadilla en aquel vagón no tenía recurrencia, aún así y con la desesperación propia de la edad dejó que el payaso jugueteara un rato, se dejó llevar por el vacío típico de aquellas escenas, reconoció que sentir es cosa de momentos y no del existir.

De golpe se quitó, se levantó y gritó “tu no eres el ladrón”, el payaso quien en ese preciso instante llegaba finalmente, solo podía estremecerse sin proferir palabra alguna, “tu no eres el ladrón maldito payaso sin destino”. El payaso ya volviendo en si, trataba de calmar a la dama, quien enfurecida se vestía a toda prisa sin poder dar cabida a la escena surrealista a la que había sido sometida por la curiosidad, o simplemente por la soledad. “Quien eres, payaso de mierda?”, gritaba la dama, el payaso trataba de mil maneras explicar en su sombría identidad que se había enamorado en un segundo y que con lujo de detalles podría él explicar.

Agarrando la lámpara del hotel como única arma visible, la dama amenazaba al payaso con partirle la cabeza como una patilla podrida, el payaso aún consternado trataba de explicar lo sucedido. Finalmente y luego de ponerse de rodillas, la dama accedió a escuchar la historia, la cual el payaso contó con lujo de detalles, desde el momento en que la vio hasta como escondió la tarjeta del hotel en su cartera para poder decirle todo. “Un momento dijo la dama, eso quiere decir que solo pusiste la llave del hotel?, y que hay del sobre?, a lo cual el payaso se limitó a mover la cabeza dando certeza que el no tenía nada que ver con el sobre.

El payaso continuó con su historia, en la cual hablaba de todo y de nada, de cómo le había visto en el metro y su belleza le había penetrado, luego de titubear por unos instantes decidió confesarle que conocía al ya famoso ladrón, a lo cual la dama no podía dar crédito y de nuevo le amenazaba con darle una golpiza con la lámpara. Ella desconcertada por los cuatro costados solo quería correr infinitamente hacia un nuevo horizonte, hacia una promesa vencida, a un lugar desconocido, donde el brillo de lo escindido diera razón a los sentidos. El payaso con las manos en posición de implorar le dijo, pues ahora somos dos, y tenemos que buscar, debemos encontrar al…después de una pausa prolongada soltó con un suspiro…al ladrón de corazones….


En la puerta del hotel se despidieron, el payaso aún rogando que le llamara para seguir en la búsqueda y ella sin poder creer aquella mañana escabrosa.
Tomando caminos distintos aceleraron sus pasos, tratando de alejarse de aquel ruidoso lugar, tratando de escapar una vez más de la existencia sombría del andar. Se volverían a encontrar era la pregunta sin respuesta por el mal, el destino es un juego que sin querer lanza los dados, o jugamos o pasamos pero nunca nos escapamos.

Al llegar a casa encontró en su buzón todas las pertenencias robadas, dio un brinco cuando leyó la nota que decía, “otro corazón robado, otra alma extirpada”…
Tomó su teléfono y marcó el número de inmediato, del otro lado un mensaje frío y distante con risa incorporada retumbaba en su oído…
“Nos vemos pronto, nos vemos en ese camino maldito que llaman vida…”


"El Relato" II Parte... Trocito De Realidad... (Por "Oriol")

Aún desconcertada asustada, aún con calor, se puso de nuevo el abrigo pues necesitaba salir de allí, necesitaba salir cuanto antes de esa estación, quería respirar, quería aire, quería llegar a esa ceniza intimidad de su casa, cerrar las puertas y…. sofocar. Irreflexivamente dejó caer la mano en el bolsillo del abrigo para coger el pase de salida.

De repente se percató de lo terrible: La habían robado. Volvió a mirar y remirar. La habían robado.

- ¡El bolso!- pensó. Dirigió su mirada al bolso, se ruborizó: El bolso también se encontraba abierto… en el fondo, sólo un sobre… un sobre anónimo… un sobre blanco que ahora sabía, su ladrón había puesto allí.

Lo sacó temerosamente. No se atrevía a abrirlo pues su mente, aún enviciada de lo ocurrido, le advertía de lo que podía acaecer: Algo le decía que ese sobre guardaba escrito, en letras de azul, una tentación de un alocado arrebatador Destino Rojo. Lo abrió despacio. Miró: Una dirección, un número y una tarjeta-llave de hotel. Leyó otra vez la dirección: Pasaje del muro s/n. Habitación 9 y se ruborizó.-¿Pero como era posible? Como era posible que “Ese” quien fuera, con ese olor a deseo, la hubiese robado… mmm... y ese olor y esa suavidad… ¿y porqué le dejó en su bolso un sobre con su número y llave de hotel?

Intentando evitar y romper con todo lo maldito que pasaba por su cabeza y con las mil imágenes que esa maldita llave y nota le creaban, se dispuso firmemente a salir de esa locura. Tenía que salir de la estación. Decididamente debía salir de esa maldita estación e ir a su casa… mañana por la mañana pensó, habría olvidado todo… y podría mentalmente reposar…

Anduvo con paso firme hacia la salida aún con el sobre en la mano y la tarjeta-llave de plástico todavía clavada entre la punta de sus dedos. Sin saber porqué, hizo una parada en seco ante un cartel de publicidad del andén. El cristal la reflejaba. Ver su blusa descolocada, y su vientre aún con la piel brizada la hizo titubear… quiso mirar de nuevo para volver a decidir…. La luz de la estación le daba esa calidez necesaria que atrapaba su vergüenza y algo demoníaco y frenético la empujaba sin pausa a regresar atrás, coger el metro e ir allí... O salía de la estación se marchaba a casa y olvidaba, o entraba y…

Bajó los ojos por un instante… tenía aún el poder de cerrarle las puertas a esa locura pero nada, ni un ruido, ni extraños cuerpos pasando a su lado, ni el estruendo angustioso de las ruedas del metro entrando en la estación de repente ya la pararían. El metro abrió sus puertas… y sin prudencia… este acogió su cuerpo.

II.

Cuándo desde la distancia él vio que ella volvía a entrar en el metro, tuvo el tiempo justo para meterse él también.

No podía creer lo que había hecho: Esa mañana, cuando él salía del circo en el que prestaba sus servicios como el Sr. Payaso, había contado los mismos chistes de todas las aburridas noches, se había bajado los pantalones ante el público y se había echado un pedo muy sonoro en la cara de otro payaso. Había botado lágrimas a chorros por sus falsos conductos lacrimales y se había caído de la silla en la que quería trepar con sus largos zapatos.

Su gerente de circo, por una vez compasivo con su mierda de vida, le había alquilado una mierda de habitación por dos noches… Él había caminado hasta la siguiente entrada del metro y así, había fumado un cigarrillo largo.
Antes de meterse en el metro, había visto a la muchacha esa que sin duda le había fascinado…
Aún no entendía como podía haber dejado caer el sobre en el bolso…
¡!Pero en que diablos estaba pensando cuando lo puso allí…!!! Quien putas le entendería… Que mierdas pensaría la policía cuando viera la habitación, y apareciera esta a su nombre…
Sabía que nadie le creería… quien iba a pensar y creer que un tonto y marginado de la vida, había dejado el sobre expresamente… para poder decir a esa chica… que él había visto como la robaban!

… EL metro se detuvo en una estación. Si como ya temía, ahora la chica esa iba a su hotel… solo quedaban dos estaciones.

Levantó la cabeza y pensó…

-Es hermosa-

"El Relato" I Parte... Sólo Fantasía???

Un día más salió disparada como alma que lleva el diablo después de otra agotadora jornada laboral…
El sonido de sus tacones marcaban un paso firme a la vez que divertido producido por el ritmo de la música que sonaba pegada a sus oídos.
Casi bailando se dejó llevar hasta el andén, donde no se percató que en la estación, por lo general poco concurrida a esas horas, había más gente de lo habitual.


El “Metro” se retrasaba, y el tiempo de espera cada vez se alargaba más, cualquier otro día hubiera aprovechado para ver sin mirar, escuchar sin oír, imaginar o soñar, pero en ese momento estaba tan inmersa en la “banda sonora” que ni tan siquiera se paró a observar todo aquello que le rodeaba, toda aquella gente que allí se encontraba…

Se introdujo dentro del vagón, y como de costumbre se dirigió hacia el otro extremo, justo donde están las puertas que dan a la vía con el fin de apoyar la espalda y así mantener el equilibrio, no fue posible así que se quedó más adelante agarrada con una mano a una de las barras verticales mientras con la otra intentaba sin éxito sujetar la maleta, el libro y desabrocharse el abrigo.

El tren se detuvo en la siguiente parada, en esta estación hay más frecuencia de paso, y a causa del retraso estaba colapsada. Al abrirse las puertas una avalancha de gente la hizo retroceder hasta que su cuerpo quedó pegado por completo al viajero que se encontraba a su espalda…

En instantes se estremeció, se apoderó de ella una sensación que más que agradable era placentera, se ruborizó, sintió vergüenza al darse cuenta de lo que estaba notando… pero no podía apartarse, la muchedumbre no se lo permitía, aunque la verdad es que tampoco quería… aún así dejó de lado sus instintos más básicos y giró como pudo la cabeza con la intención de pedir disculpas, se cruzaron sus miradas, aunque no se fijó en su cara, estaban tan cerca que sus alientos se mezclaron y sus labios casi se rozaron, fue como si en segundos se hubieran puesto al día, como si se conocieran de toda la vida, sobraron las palabras…

El vaivén del tren agitaba sus cuerpos sin cesar, cada vez más iba subiendo su temperatura corporal, no podía soportarlo más y sofocada desabrochó su abrigo en un desgarro…

Mientras se lo quitaba, entre empujones y el movimiento, el roce se intensificaba, él la sujetaba sutilmente por la cintura, tal vez con la intención de sostenerla, pero qué más daba… ella no miraba, sólo disfrutaba de aquello que sentía y suspiraba, deseaba que aquel viaje nunca terminara, era como estar viviendo una fantasía…

El viajero deslizó la mano bajo su blusa, acarició suavemente su ombligo, su espalda, mientras su pelvis, envuelta por aquel tejano abotonado, ejercía una presión casi desbocada… rozó su cuello con los labios, ella tenía la piel erizada, todo era incontrolable, la respiración, el ritmo cardiaco… poseída por el deseo lanzó un leve gemido, estaba completamente excitada, su mirada perdida lo decía todo y no decía nada…

Había llegado a su destino, y como si hubieran gritado “fuego”!!! se apeó del tren a toda prisa, los latidos de su corazón marcaban ahora su paso, intentaba organizar su mente, aunque temía averiguar si lo ocurrido no había sido real, pensó que tal vez había sido fruto de su imaginación, se sonrojó sólo de pensarlo, esbozó una sonrisa… aún así, incrédula, no pudo por más que detenerse y girándose apurada, miró hacia el interior del vagón, se apenó pues no le gustó lo que vio… se quedó decepciona… porque muy a su pesar no vio nada…

Continuará???