"El Relato" VI Parte... El Principio o El Final???

Por fin era viernes…
Curiosamente y por encima de todo pronóstico, debido a esta “dichosa crisis”, había tenido una semana de mucho trabajo, y hoy había salido de la oficina un poco más tarde de lo habitual, debía dejar zanjados algunos temas, quería que todo estuviera perfecto para el lunes, pasar sin problemas la auditoría y que la empresa que le habían asignado obtuviera el certificado de “calidad”…

Aún así no era lo suficientemente tarde para que el metro se llenara con los típicos usuarios de fin de semana que utilizan el transporte público para moverse por las distintas zonas de ocio y cultura de la ciudad.

Tal vez debido a ese lapsus de tiempo había tenido la opción de viajar sentada cómodamente, y mientras escuchaba “la banda sonora” del día, recostaba su cabeza en la ventana mientras su flequillo estilo “Françoise Hardy” en los años 70’ ocultaba la mitad de su cara…
Aunque por lo visto no era la única que hoy había hecho horas extras y se había visto beneficiado por las circunstancias aprovechando la opción que hoy se le brindaba…

De repente, y sin haberse dado cuenta del tiempo transcurrido, un leve zarandeo y una voz de “durazno”, algo así como de locutor de radio de madrugada, y con un inconfundible acento italiano, la puso en alerta…

- “Perdona que te haya despertado, pero coincido contigo cada día y sé que esta es tu parada…”
Tragó saliva para poder mediar palabra…

- “Ufff!!! Gracias!!! Estoy un poco cansada, te lo agradezco… de no ser por ti… no sé dónde hubiera terminado la jornada!!!”

Se puso en pié, desde la puerta le dedicó la mejor de sus sonrisas y guiñándole un ojo a modo de agradecimiento y despedida, abandonó el vagón…

Debido al agotamiento acumulado durante toda la semana, subió con dificultad las escaleras de la estación de metro, contando uno a uno los escalones que normalmente sorteaba de dos en dos pensando por un momento en como se lo “montarían” para entrar y salir de allí las personas con movilidad reducida…

Al salir respiró hondo inhalando así el humo de tabaco negro que acababa de encender un adolescente inconsciente que aguardaba en el punto de encuentro a sus amigos para salir de marcha por la gélida noche que cubría Barcelona…

Abrochó por completo su abrigo y cubrió su cuello con el foulard, hacía frío, pero dirigió sus pasos a ritmo lento recordando todo aquello que “supuestamente” había soñado en el transcurso de siete paradas…

Se detuvo en el semáforo para cruzar al otro extremo de la calle, antes de llegar a casa quería aprovisionarse de algo dulce a ser posible con sabor a chocolate, que hiciera más placentera su solitaria noche de viernes y aunque había dejado de fumar, un deseo incontrolable hizo que cambiara su rumbo en busca de cigarrillos…

Parpadeó varias veces sorprendida al ver aquel payaso triste dibujado en el cartel de la marquesina del bus que tenía justo en frente, estaba flipando!!! y eso mismo pensaron los transeúntes que pasaban a su lado…

Seguramente llevaba semanas pasando junto aquel cartel, pero sólo hoy se había percatado de su existencia, tal vez su subconsciente lo tenía presente y de ahí la implicación de aquel “personaje” en su “sueño”…

Paró frente a la puerta del estanco, y con gesto de indignación exclamó… “mierda”!!! miró la hora en el teléfono móvil y en ese momento fue consciente de que era demasiado tarde…

Un viernes más tendría que conformarse endulzándose con la sonrisa y la mirada del “presentador” del programa del corazón de turno y respirar el humo con aroma de vainilla que desprende el quemador de esencias…

Resignada, decepciona y abatida llegó hasta el portal de su casa, y cuando iba a coger las llaves se percató que su bolso estaba abierto…
Por un momento se sofocó, “me han robado”!!! pensó…, pero no, todo estaba en su sitio…

Se quedó inerte frente a la entrada, desconcertada por lo que estaba ocurriendo y sorprendida de la propia expresión de su cara la cual veía reflejada en el cristal de la puerta de entrada, -“esto lo cuento en mi blog y no se lo cree nadie”!!! exclamó en voz alta al ver una nota de papel reciclado cuidadosamente doblada en la que además de un nombre y un número de teléfono escritos en color plata rezaba así:
“Desearía conocerte”…

Entró en casa nerviosa, se sentía como una adolescente a la que acaban de besar por primera vez… y sin despojarse del abrigo se sentó frente al portátil y comenzó a escribir…

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