sígueme la corriente...

Lo que empezó como un antojo terminó siendo una apasionante clase magistral…


Las 10 de la noche, con el pijama, envuelta en la mantita, tirada en el sofá…

-“Josie, qué quieres cenar?” (los viernes si coincidimos, le toca “cocinar” a “mi compi”, así que como paga él... solemos cenar fuera…)

-Tengo un antojo, me apetece “pecar” (es lo que tiene la publicidad…)

-“Ponte cualquier cosa y vamos “al” que hay en el centro comercial… pero abrígate que hace frio…”

Un dato: “El look”:

La cara “lavá”, ni carmín en los labios, ni rímel, ni sobras, ni “ná de ná”, el pelo recogido en una coleta, unos tejanos, unas botas, una camisa, una americana de pana, (por supuesto a juego con las botas), un abrigo de paño y un pañuelo palestino (de los de verdad, un “suvenir” recién sacado del armario)… eso sí, me acababa de pintar las uñas, las llevaba perfectas… impresionante mezcla!!!

Cuando íbamos de camino “mi compi” me comenta que mientras me vestía le había llamado un amigo “del partido”… (me había hablado mucho de él, y a él le había hablado mucho de mi) -“ya verás Josie, te encantará”… (en ese momento pensé en que con la pinta que llevaba no podría encantar a nadie)

Así que… 3 completos con coca-cola light y patatas de luxe!!! (ya sé que no es un menú muy ecológico… pero para eso están los antojos!!!)

A modo de “gracieta” (supongo), lo primero que me dijo al verme fue: -“si algo tengo claro es que no eres de izquierdas”… einssss??? -“el color de tu cara y tus manos lo revelan…”  upssss!!! qué pasa... no se puede estar morena???

Y si yo tenía algo claro es que después de ese comentario… la noche prometía…

…Independientemente de que yo no tenga ni idea de política, también diré que a veces por mucho que te empeñes en aprender, es complicado tener que ir buscando en el diccionario el significado de dos de cada tres palabras que te “sueltan”…

Nadie a enseñado a los políticos que la base de la comunicación es que sea entendible??? Pero claro, tal vez ahí está el kit de la cuestión… así que “donde dije digo… no me entendiste bien…”

Ahora puedo decir que gracias a mi “McAntojo”, me siento privilegiada, pues tuve la suerte de poder preguntar llanamente a esa persona, que además de entender mucho sobre economía, (tema apasionante donde los haya…), ha estudiado ciencias políticas (sí, lo sé, podría haber dicho que es “politólogo” pero así evito a much@s tener que abrir el diccionario…), y el cual, todo sea dicho, después de su primera “observación”, finalmente me sorprendió deleitándome con respuestas que mi falta de cultura política pudieron entender…


No voy a explicar todo el contenido de la interesante conversación, pero sí quisiera destacar algunos puntos que me hicieron recapacitar sobre mis “próximas” intenciones…

Inicialmente sólo respondía a mis preguntas y argumentaba sus respuestas, en ningún momento intentó convencerme de nada, es más hizo hincapié en que su elección personal era la de no ir a votar en las próximas elecciones (catalanas) pues no se veía representado por ninguna fuerza política.

Una de mis curiosidades era saber qué repercusiones tendrían alguna de las posibles opciones que me había planteado… y entre dibujos de escaños, diputados, senadores, consorcios y "muchos más" me lo intentó explicar…

Las opciones:
No ir a votar: la llamada abstención, como no hay voto no computa, sólo engrosa el porcentaje de la población con derecho a voto que no ejerce tal derecho. (“oseasé” sólo sirve para la estadística)

Voto nulo: es algo así como hacer acto de presencia, vamos, que tus vecinos ven que has ido a votar aunque tu voto sólo sirve para no engrosar el % de abstención (hay quien lo utiliza para desahogarse introduciendo mensajes “casi siempre” descalificativos dentro del sobrecito… sería genial que pudiéramos hacer una recopilación de los más ingeniosos…)

Voto en blanco: aunque para mi, este voto debería representar mi descontento expresado mediante las urnas y que a mi juicio esos escaños deberían estar vacíos, la realidad es que hay que tener en cuenta que esos votos se reparten porcentualmente entre las fuerzas más votadas y desfavorecen a los partidos minoritarios, vamos, que el pastel no se reparte igual para todos…

También le pregunté sobre el voto de castigo… no compartes lo que dicen y aún así votas a la oposición por tocar los cojones al partido que gobierna para que pierdan las elecciones…

Voto populista, que conste que yo no digo que este voto sea excesivamente malo, puesto que el populismo es ideológicamente muy amplio y en el fondo todo buen líder ha de ser un poco populista, pero, con este voto se puede conseguir que un señor que presidía un equipo de fútbol pueda llegar a ser un nuevo “Berlusconi” o que un@ “vedette” sea la estrella principal “del circo”…

Le comenté que aún con todos los programas electorales que había escuchado (que no leído) y todas las explicaciones que él me había dado, sinceramente seguía sin tener nada clara la corriente que me movía, fue entonces cuando él empezó a preguntarme y en función de mis respuestas me hizo una radiografía de mi posible ideología… (a priori, creo que tanto él como “mi compi”, si hubieran hecho una apuesta lo habrían perdido todo…)

Salieron muchas definiciones, pero entre tantas palabras me quedé con tres, moderada, liberal, libertaria*… quién sabe… tal vez!!! (si "Maquiavelo" levantara la cabeza me diría: y yo, que razón tenía!!!)



Eso sí, transgresora ni en mi casa, así que como dicta “la norma”, me voy a fumar el cigarrito a la terraza ;-)



(*)El liberalismo libertario (del inglés libertarianism), es una filosofía política antiautoritaria o libertaria que, partiendo de las mismas bases del liberalismo, afirma la vigencia suprema de la libertad individual (o de primera generación o libertad negativa), es decir, el derecho natural del individuo sobre sí mismo, cuyo límite no es otro más que el derecho ajeno.

Hay algunas interpretaciones del liberalismo libertario, todas comparten como principio el respaldo de la asociación voluntaria y la propiedad privada, la afirmación de la intrínseca libertad y eficiencia del libre mercado y la mínima intervención estatal -o inclusive nula- en cualquier aspecto de la vida.1 Para los libertarios, toda relación humana debe ser producto de pactos voluntarios y la fuerza sólo puede emplearse legítimamente contra otros de manera defensiva o ante el incumplimiento de un acuerdo (principio de no agresión).