“Liberto” decía (y yo no me canso de recordarlo), que los regalos vienen de tres en tres y que por eso hay que decir gracias, gracias, gracias… y yo llevo unos días en los que podría asegurar que… (no quiero decir desgracias porque tampoco es para tanto), digamos que los “no regalos” no vienen solos y por lo tanto… joder! joder! joder!
Omitiré unas cuantas, no porque no me afecten, sino porque con el paso de los días se han ido diluyendo, o mejor dicho, porque me he dado cuenta que no depende de mí la solución, que lo mejor es echármelo a la espalda, o meterlo en esa parte de mi cabeza afectada por la mala memoria debido a los efectos del “extintor”…
Pero hay algo que no puedo pasar por alto, porque es un sentimiento que me embarga cada día, ha cambiado mi rutina, después de tantos años “escucho” su silencio, echo de menos su compañía y siento melancolía…
Nuestros cafés matutinos, nuestras charlas nocturnas a la luz de las velas, risas, lágrimas, tristezas y alegrías…
Herido de muerte, agonizante, yo lucho con todos mis medios para no perderlo, quiero que sobreviva, no quiero despedirme de él (aunque… como no puede hablar, no tengo claro si él quiere despedirse de mí, que esa es otra!!!), tal vez piensa que ha llegado su fin y si eso sucede, con él se irán trocitos de mi vida… en cualquier caso ahí está, a la espera de una “orden letal”…
Que triste es tener esos sentimientos verdad?
Lo sé, pero más triste es estar hablando de mi ordenador portátil… uffff!!!
Conclusión: si no quieres perder más “trocitos” de tu vida… haz copias de seguridad!!!