...ese puente...

Suena nuevamente el teléfono, el “politono” me advierte que no hace falta que corra para encontrarlo, no es nadie que tenga “controlado”, pero el dichoso teléfono sigue sonando, lo busco, lo encuentro, lo miro, no reconozco ese número, sé que es de alguna empresa pues es demasiado largo… por un momento se calla, supongo que el buzón ha saltado, pero a los pocos segundos vuelve a sonar y pienso… lo voy a coger, pero como sea otra vez el “tal Alfredo de Jazztel” lo mando a la mierda de una puñetera vez!!! (no sé para qué pienso esas cosas si sé que nunca lo haría, soy demasiado educada y políticamente correcta… aunque tal vez… utilizaría alguna sutileza para decirle lo mismo…)

Descuelgo y respondo con un “sí” muy seco, (algo así como dime rápido qué quieres que tengo prisa)…

Del otro lado me llega una voz muy dulce que reconozco enseguida… “he leído que estás alegre, no tienes excusa para no querer verme”… (lo sé, pero no puedo evitar ser “antisocial” cuando estoy mal…)

Así que en pocas horas estábamos tomando unas cervezas en el “bar de las cervezas” (por cierto, no tiene nada que ver con el “bar de las cervezas” del “Sr. Eyo”…)

…Cuando yo pregunto a alguien “cómo estás”, “cómo te va la vida”, o le pido, “cuéntame cosas”, lo digo sinceramente, de corazón, pero soy consciente de que muchas personas lo dicen por entablar conversación…

Así que cuando me dijo: “quiero que me expliques qué es de tu vida”, pensé, realmente le debe interesar lo que le pueda contar??? Y ni corta ni perezosa se lo pregunté, “de verdad quieres saberlo o es hablar por hablar???”

Unas risas y me soltó, “ya puedes empezar!”… sí??? Pues… (le hice una señal al camarero y le pedí otra ronda!!!)

Es curioso, yo le iba resumiendo, además con muchas ironías, (no hay nada mejor que reírse de uno mismo), pero él quería saber más, me pedía detalles que yo no quería dar, no me apetecía “para nada” ponerme a llorar…

En una pausa, en un momento de esos en los que se te forma un nudo en la garganta, salió en mi ayuda y me dijo… “eres increíble”, (no sé si lo dijo por que no me creía… aún así me encantó que no me dijera “eres genial”, no hay cosa que deteste más!!!), y continuó… “otra en tu lugar actuaría de manera totalmente diferente, pero así eres tú, toda corazón, respetuosa y siempre poniéndole las cosas fáciles a los demás para que no lo pasen mal…”, fue entonces cuando le recordé uno de mis lemas en la vida… “nunca hagas a nadie lo que no quieras que te hagan a ti…”, de nada sirve hacer sufrir a propósito, a mí eso no me reporta satisfacción, no me hace feliz…

Seguimos con las cervezas, las risas, yo intenté que él me explicara cosas de su vida y el muy “graciosillo” me respondió… “de verdad quieres saberlo o es hablar por hablar?” jajajaja (donde las dan las toman)

El tiempo pasó volando!!! Se nos hizo tarde sentados en el “bar de las cervezas”, debíamos marcharnos, y al despedirnos me dijo algo que me pareció tan bonito que deseo compartirlo (lo siento, pero a quién no le gusta que de vez en cuando le regalen los oídos???)…

Srta. Robbins, piensa que eres ese puente que las personas con suerte encontramos cuando llegamos a un rio, ese puente que nos ayuda a cruzarlo, ese puente que necesitamos para poder seguir nuestro camino…”

Entonces, me dio un abrazo estremecedor que me hizo sentir que soy alguien… sin habérselo pedido…